

hierarka
hace 5 horas2 Min. de lectura
Las compañías Conflux Technology y Donkervoort Automobielen han anunciado una alianza estratégica para trasladar a la carretera las tecnologías de rendimiento térmico utilizadas en la Fórmula 1, uniendo ingeniería extrema con producción avanzada en impresión 3D de metales.
El objetivo de esta colaboración es mejorar la eficiencia térmica de los sistemas de refrigeración y propulsión de vehículos deportivos mediante componentes optimizados diseñados específicamente para su fabricación aditiva. Esta tecnología, hasta ahora reservada al automovilismo de élite, promete revolucionar el rendimiento de los coches ligeros de altas prestaciones.
El elemento clave de esta alianza es la utilización de intercambiadores de calor de alta complejidad geométrica, fabricados en metal mediante impresión 3D de última generación. Gracias a los diseños internos imposibles de conseguir con métodos tradicionales, estos sistemas permiten una disipación de calor más rápida y precisa, lo que se traduce en una mayor durabilidad y eficiencia del motor.
Conflux, empresa australiana especializada en thermal management con impresión 3D, ya había trabajado anteriormente con escuderías y fabricantes de élite. Su unión con Donkervoort, marca neerlandesa conocida por sus vehículos ultraligeros inspirados en Lotus, representa el primer paso hacia la democratización de estas soluciones en el mercado de calle.
El primer vehículo que integrará esta tecnología será el Donkervoort F22, modelo insignia de la marca, que ya destaca por su diseño agresivo, peso reducido (menos de 800 kg) y prestaciones puristas. Con la incorporación de componentes térmicos de nueva generación, se espera mejorar la entrega de potencia, reducir el consumo y optimizar el comportamiento térmico en condiciones extremas.
Además de la refrigeración de motor, los desarrollos también alcanzan elementos como frenos, diferenciales y electrónica, con una visión integral del rendimiento térmico del vehículo.
La alianza entre Conflux y Donkervoort representa un paso relevante en la transferencia de tecnología F1 al vehículo de calle, demostrando que la fabricación aditiva es clave para el diseño automovilístico del futuro. La libertad de geometría que permite la impresión 3D abre puertas a componentes más ligeros, compactos y eficientes.
Esta tendencia está alineada con las nuevas demandas de sostenibilidad y eficiencia energética, al permitir coches de menor peso y mejor rendimiento sin comprometer la experiencia de conducción.
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